Sus límites son: Al norte con Jordania, Iraq y
Kuwait; al este con el Golfo Arábigo, con Qatar y con los Emiratos Árabes
Unidos; al sur con el Sultanato de Omán y la República del Yemen; al oeste, la
costa que se extiende a lo largo del Mar Rojo. Población: 32,691 millones de
habitantes.
El surgimiento de la dinastía saudí comenzó en
Arabia central en 1744. En ese año, Muhammad ibn Saud, el gobernante tribal de
la ciudad de Ad-Dir'iyyah, cerca de Riad, unió fuerzas con el líder religioso
Muhammad ibn Abd-al-Wahhab, fundador del movimiento Wahabí. Esta relación, establecida desde el inicio, ha
definido el carácter y funcionamiento del país, así como su influencia en los
actuales conflictos entre el fundamentalismo terrorista islámico y occidente (“los
infieles”). Ha sido un acuerdo prácticamente tácito y exitoso si se valora la
estabilidad en el poder por tantísimos años.
El Wahabismo interpreta y practica el Corán de un
modo muy relacionado con la intolerancia y la violencia. La interpretación
saudita oficial del islam, Wahabismo, nació en una violenta revuelta no sólo
contra el islam Shi’a y las fuertes tradiciones de espiritualidad incrustadas
en el islam chiita y sunita, sino, incluso, contra el califa otomano sunita.
Arabia Saudita ha utilizado el dinero del petróleo para impulsar su wahabismo por
el mundo.
El wahabismo es precursor y, de cierto modo, semilla
de la Hermandad Musulmana. Su relación
con occidente y los occidentales es la fuente ideológica del islamismo terrorista. Sobran ejemplos. Por sólo nombrar dos: los saudíes fueron los
primeros en apoyar a los Muyahidín en Afganistán en su guerra contra los soviéticos. En esta guerra se inició, Bin Laden; ejemplo número
dos es el hecho de que 14 de los 19 suicidas de los ataques del once de
septiembre del 2001 que incluyera a las torres gemelas de New York fueran
saudíes.
Pero algo está pasando hace algunos años, que
queda por debajo del radar de la prensa mundial. Arabia Saudita y la realidad
política de su entorno, están cambiando.
Desde hace ya un tiempo, varios monarcas han hecho
hincapié en el desarrollo educativo, industrial y comercial del reino,
impulsando fuentes de ingreso independientes de la producción petrolera
La costumbre de sucesión en el reino ha sido
históricamente entre hermanos del rey en funciones; pero, recientemente, el
príncipe Bin Salman fue, a principios de este año, nombrado heredero al trono
por su padre, el rey Salman Bin Abdulaziz Al Saud. El heredero es visto por
muchos como la cara moderna del reino. El hombre de 32 años es la fuerza
impulsora detrás de 'Visión 2030': la política económica y social a largo plazo
de Arabia Saudita, diseñada para independizarse del petróleo y que le ha
merecido gran popularidad por sus reformas a la ineficaz burocracia estatal del
país.
El mes pasado, se anunció que, a las mujeres en
Arabia Saudí, finalmente, se les daría el derecho a conducir. Esta es una medida simbólica que indica
cambios en la discriminación institucional contra las mujeres en el país. Mohammed
Bin Salman dijo, recientemente: “…voy a
hacer que Arabia Saudita regrese a la práctica de un islam moderado como lo fuera
hace más de 30 años…”
El príncipe heredero, también anunció planes para
construir una nueva mega ciudad en la costa del Mar Rojo que se llamará NEOM y
la cual costará más $500 mil millones. Prometió
un estilo de vida no disponible en la actual Arabia Saudita, con reglas
diferentes al resto del reino dándole acogida a un moderno estilo de vida
dentro del marco de en un ambiente de alta tecnología, producción y desarrollo
a imitación, un tanto, del sistema chino de más desarrollo económico y un
poquito de libertad.
Según lo anunciado, dicha ciudad ocupará alrededor
de 10,000 millas cuadradas en la inmediación de la entrada al Mar Rojo desde el
Golfo de Aqaba, punto estratégico para el acceso de Israel al canal de Suez y
estará conectada, sin dudas, a Jordán y a Egipto. Si D-os lo quiere, también podría conectarse
con Israel luego de un acuerdo de paz.
Desde la llegada al poder de los Ayatolas en Irán
y su consecuente promoción, financiamiento del terrorismo y sus aspiraciones
nucleares bélicas, la estabilidad de los gobiernos sunis laicos ha estado en
peligro y, tanto los saudíes, como otros de los países sunis del área, temen
que su vecino persa se lance sobre ellos (como Ciro el Grande). La alianza con Israel, tanto comercial,
tecnológica como militar, podría, además de protegerles, iniciar una nueva era
en las relaciones del Medio Oriente. En
cuanto a los palestinos, ya veremos cómo se acomodan. Los acontecimientos que
actualmente se precipitan en Arabia Saudita podrían ser la alborada de un nuevo
amanecer en el Medio Oriente. ¿A Ud. no le parece? A mí, sí.
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