Violadores consuetudinarios:
Albania hasta el 2017, Argelia hasta el 2016, Bangladesh hasta
el 2017, Bolivia hasta el 2017, Botsuana hasta el 2017, China hasta el 2016, Congo hasta el 2017, Costa de Marfil hasta el 2015,
Cuba hasta el 2016 , El Salvador hasta
el 2017, Estonia hasta el 2015, Etiopía hasta
el 2015,
Gabón hasta el 2015, Ghana hasta el
2017, Indonesia hasta el 2017, Kazakstán hasta el 2015, Kenia hasta el 2015, Latvia hasta el 2017, Macedonia hasta
el 2016 , Marruecos hasta el 2016, Montenegro
hasta el 2015 ,Namibia hasta el 2016, Nigeria
hasta el 2017, Pakistán hasta el 2015, Qatar hasta el 2017, Rusia hasta el 2016,
Saudí Arabia hasta el 2016, Sierra Leona hasta el 2015, Emiratos Árabes Unidos hasta el 2015, Venezuela hasta el 2015, Viet Nam hasta el 2016
Respetuosos de los derechos
humanos de modo aceptable:
Argentina hasta el 2015, Brasil hasta
el 2015, Francia hasta el 2016, Alemania
hasta el 2015, India hasta el 2017, Irlanda
hasta el 2015, Japón hasta el 2015, Maldivas hasta el 2016, México hasta el 2016,
Holanda hasta el 2017, Paraguay hasta el
2017, Portugal 2017, Corea del Sur hasta el 2015, África del Sur hasta el 2016,
Inglaterra y el norte de Irlanda hasta el 2016, 31 Estados Unidos hasta el 2015.
Por eso no es una extrañeza que
el pasado 3 de Julio el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas
decidió adoptar una Resolución condenando a Israel sobre el informe de la ONU, referente
a la operación Margen Protector en Gaza
del pasado verano. No es una sorpresa que la resolución, que fuera redactada
por los palestinos y los Estados árabes, condenara a Israel por las vidas y pérdidas sufridas por civiles
inocentes, pero ignorara completamente los cohetes lanzados por Hamas y el uso
de sus civiles como escudos humanos. También
ignora la crítica de la investigación a la parte palestina. Como era de esperarse, 41 países votaron a
favor de la resolución, mientras que sólo un país – Estados Unidos – votó en
contra. Cabe destacar que en este consejo
son los estados quienes están representados en el mismo y, por lo tanto, actúan basados en sus intereses
y preferencias políticas.
Afortunadamente, la Corte Criminal Internacional, a pesar de estar
adjunta a las Naciones Unidas, se rige por otros parámetros. Los jueces deben ser elegidos de entre
personas de alta consideración moral y que reúnan las condiciones requeridas en
sus respectivos países para el ejercicio de las más altas funciones judiciales,
o que sean jurisconsultos de reconocida competencia en derecho internacional.
En la práctica este principio ha
encontrado su expresión en la distribución de los miembros de la Corte entre
las principales regiones del mundo. Hoy en día esta distribución es la
siguiente: África 3, América Latina y el Caribe 2, Asia 3, Europa Occidental y
otros estados 5 y Europa del Este 2. Esta es la proporción que corresponde a la
de los miembros del Consejo de Seguridad. Aunque no existe un derecho a la
pertenencia por parte de cualquier país, la Corte siempre ha incluido los
jueces de la nacionalidad de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
Una vez elegido un miembro de la
Corte, este no es un delegado ni del gobierno de su propio país, ni de la de
cualquier otro Estado. A diferencia de
la mayoría de los otros órganos de las organizaciones internacionales, la Corte no está compuesta por representantes
de los gobiernos. Los miembros del
Tribunal son jueces independientes cuya primera tarea, antes de asumir sus
funciones, es hacer una declaración
solemne en sesión pública que ejercerán sus atribuciones con toda imparcialidad
y a conciencia.
Al parecer, esta diferencia se ha
hecho evidente cuando la Fiscal Penal Internacional Fatou Bensouda rechazó un
pedido por parte de Comoros bajo cuya bandera navegaba el Mavi Marmara para que se reconsidere la decisión de cerrar el
sondeo inicial en el caso del acontecimiento de la flotilla que en el 2010 partió
de Turquía hacia Gaza y fue interceptada por las Fuerzas de Defensa de Israel
en cuyo incidente fallecieron 10 ciudadanos turcos.
La fiscal gambiana declaró al
Times de Israel la pasada semana que “la
CPI estaba estudiando cuidadosamente la
decisión y decidirá sobre los próximos pasos en su debido momento” y agregó: "La decisión de abrir una
investigación depende de los hechos y circunstancias de cada situación",
Al parecer no todo está perdido,
aún queda gente decente en el mundo. ¿A Ud. no le parece? A mí, sí.
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