Recuerdo que en el 2002
luego de la segunda Intifada, fui invitado a Israel donde tuve la oportunidad
de conocer y reunirme con los más altos dignatarios de ese país. Fue para mí
una experiencia inolvidable. De todas las reuniones hubo una que me enseñó más que las demás
respecto al espíritu y la moral Israelí, de la cual los medios, en general, no
hablan o distorsionan.
Moshe Ya’alon quien hoy
es Ministro de Defensa y primer vice-primer ministro de Israel, era entonces el
jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) y tuvo la
gentileza de ir a reunirse con nosotros a pesar de que en ese momento las
ciudades israelíes estaban en alerta de guerra y se podía ver en cada cruce de
calles a cuatro soldados portando armas largas. El clima era tenso. Israel
estaba siendo atacado desde adentro.
El grupo estaba
conformado por líderes de las comunidades sefaradíes de América y Europa. Entre
los asistentes había grandes contribuyentes al Estado de Israel desde todos los
puntos de vista, tanto económico, como político. Recuerdo que uno de los
invitados en un arranque de rabia ante lo que estaba pasando propuso una medida
genocida para acabar el problema palestino de una vez, algo que horrorizó a los
presentes. La nota de bondad y sapiencia
la dio, precisamente, Ya’alon cuando refutó semejante barbaridad diciendo que "…ni a los israelíes ni al Gobierno de
Israel jamás les ha pasado por la mente una medida de ese tipo, nosotros nos
debemos a nuestros principios morales aprendidos de la Tora, nosotros no
podemos jamás imitarles, pues ese día ellos habrán vencido, convirtiéndonos a
nosotros en ellos. Nosotros somos diferentes"
Recientemente han
ocurrido dos hechos horribles cuyas consecuencias son impredecibles. El
asesinato planificado por Hamas de tres adolescentes israelíes Gil-Ad Shaer,16, Eyal Yifrah, 19, y Naftali
Fraenkel, 16, y el de un muchacho palestino Mohammed Abu Khdeir de 16 años a manos de jóvenes extremistas judíos algunos
de los cuales ya han confesado su participación en el crimen. Ambos son hechos
deleznables. La diferencia está en cómo se manifiestan sus dirigentes y
conciudadanos al respecto.
El primer ministro Binyamin
Netanyahu inequívocamente condenó el
domingo por la noche el asesinato del joven palestino y dijo que “…no había lugar en la sociedad israelí para
ese tipo de asesinos "
Los israelíes por su
parte movilizaron inmediatamente sus fuerzas de seguridad y ya tienen bajo
custodia a seis jóvenes judíos, posibles
culpables del asesinato del joven palestino. Todo el gobierno de Israel ha condenado
el hecho, han desplegado una intensa campaña mediática para controlar las
pasiones, evitar la violencia y rechazar actos de venganza, aún recibiendo
cientos de cohetes lanzados desde Gaza por Hamas, los mismos autores del
asesinato de sus jóvenes. La sociedad Israeli rechaza y se avergüenza del
comportamiento de los asesinos del joven palestino.
Del lado palestino las
multitudes aclamaron el secuestro y asesinato de los jóvenes israelíes. Los
miembros del gobierno de unidad entre Hamás y Fatah repartieron dulces. Jóvenes palestinos blandieron un nuevo saludo,
levantando tres dedos mostrando alegría en el triple secuestro. Las caricaturas
se burlaban de los muchachos judíos, incluso en la web oficial del partido
Fatah y en el periódico de la Autoridad Palestina, que elogió el secuestro y
asesinato. El líder exiliado de Hamas, Khaled Meshaal, felicitó a los
secuestradores. Los palestinos han convertido en héroes a los asesinos de los
jóvenes israelíes, les aclaman en plazas y sitios de internet, les esconden y
protegen y, si esto fuera poco, incitan a su población a que realice más
secuestros de inocentes.
Lo decente sería que el
gobierno de la Autoridad Palestina se comportara de acuerdo con las normas de país
civilizado que pretenden ser y se encargara de capturar a los asesinos de los
jóvenes israelíes. Como dijo Netanyahu recientemente: "…Los asesinos llegaron desde el territorio controlado por la
Autoridad Palestina; regresaron a territorio controlado por la Autoridad
Palestina. Por lo tanto, la Autoridad Palestina está obligada a hacer cuanto
esté en su poder por encontrarlos, así como nuestras fuerzas de seguridad encontraron
a los sospechosos en el asesinato de
Muhammad Abu Khdeir en cuestión de días"…
Las escuelas israelíes no
enseñan el odio hacia los árabes en su currículo como los palestinos quienes
inculcan el odio hacia los judíos desde las escuelas de párvulos. Acertada
estaba Golda Meir cuando profetizó que el conflicto no terminaría hasta el día
en que los árabes quisieran más a sus hijos que lo que odian a los nuestros. ¿A
Ud. no le parece? A mí, sí.
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