Una respuesta
impertinente
La historia
demuestra que en la mayoría de los casos cuando un judío ejecuta un acto
deleznable, o cuando su opinión política ofende a uno o a muchos, rara vez se
obvia su condición. No es así cuando, por el contrario, hace aportes a la
humanidad, la ciencia, las artes o la política.
En estos casos se obvia su judaísmo.
Nadie lo expresó mejor
que Albert Einstein cuando dijo: “Si mi teoría de la relatividad es
verificada, Alemania me proclamará alemán y Francia ciudadano del mundo. Pero
si se demuestra que mi teoría es falsa, Francia pondrá todo el énfasis en
declarar que soy alemán y Alemania dirá que soy judío”.
Otro tanto sucede
con las supuestas tendencias entre los judíos norteamericanos, y sus
preferencias electorales.
Hace unos días tuve
la oportunidad de ver un video de Ben Shapiro que inspiró este articulo y lo
nutre. Según Shapiro, en el 2008 el 78% de los judíos registrados
(aproximadamente 3 millones) votaron a favor de Barack Obama. Era como cerrar
un círculo que comenzó en la lucha por los derechos civiles (de todos) de los
años sesenta. Desestimaron la afinidad que,
durante años, tuvo Obama con antisemitas viciosos como Jeremiah Wright o Rashid
Khalidi y que reclutara en su campaña otros como Zbigniew Brzezinski o Robert
Malley.
Tras su elección,
Obama procedió a socavar el prestigio de Benjamín Netanyahu. Le obligó a humillarse ante el gobierno turco, condenó públicamente el derecho de Israel a defenderse en la guerra
contra Hamas, apoyó la financiación de un gobierno de unidad de
Hamas, permitió que se filtrara
información vital que habría permitido a Israel atacar a Irán y, si esto no era poco, firmó un acuerdo que,
esencialmente, impide las posibilidades
de occidente de impedir que Irán logre capacidad nuclear
bélica.
En el 2012 el voto
judío se redujo del 78% al 69% de los registrados para Obama. Al parecer,
algunos entendieron.
Mis amigos me
preguntan constantemente por qué los judíos votan de izquierda. La respuesta es sencilla: lamentablemente, muchos
identificables como tales no se preocupan por el judaísmo o Israel. Se identifican
menos con el judaísmo que con con el izquierdismo. Sin embargo, conozco a otros que son
fervientes sionistas y practicantes quienes, simultáneamente, son izquierdistas
Shapiro menciona
varias encuestas que muestran que es el grupo menos religioso en USA. Según las
mismas, el 41% dice que su religión es importante para ellos. Una encuesta de Gallup
arrojó que sólo el 34% asistía a su sinagoga mensualmente. Un 65% dijo que rara
vez o nunca. El 22% de los ellos (percibidos
como judíos) dicen que no tienen religión. Otra encuesta de Pew refleja que, el
38% de los judíos seculares dice que su identidad judía no es, absolutamente,
de índole religiosa.
Sólo el 30% de los judíos
norteamericanos dicen que están muy unidos a Israel, el 43% ha estado en Israel; pero la estadística
más sorprendente es que sólo el 40% cree que D-os dio Israel a los judíos y un 28%
dijo no creer en D-os. Cada cual vota de acuerdo a sus tendencias políticas y
no a su afiliación religiosa, origen cultural o étnico.
La mayoría no son
judíos en ningún sentido real más allá de la identificación étnica, no tienen
nada que ver con la Torá, por lo tanto, con su sistema ético. Como consecuencia,
no tienen nada que ver con Israel. Si se hace una encuesta con los cristianos,
el resultado sería similar, los que menos se identifiquen con la religión,
serán más izquierdistas en su voto.
Los judíos menos
conectados al judaísmo votan 3 a 1 demócrata y los más conectados votan 2 a 1
por los republicanos.
Algunos votan de
izquierda porque recuerdan los viejos tiempos del Macartismo y las afiliaciones
rechazadas en clubes privados o campos de golf, sin percatarse de que las cosas
han cambiado, dramáticamente. Hay otros, de más edad, que recuerdan el
cristianismo europeo y su legado, y aunque es cierto que hay un fuerte
movimiento radical cristiano en USA, en general, los cristianos americanos son
mucho más amigos de los judíos y de Israel, que la izquierda estadounidense.
En general, la
mayoría de ellos que votan por la izquierda, son agnósticos de clase media
alta, con alto nivel de educación. Ven
la religión como un gran mal, consideran que la moralidad bíblica es
intolerante y que el judaísmo ha perdido vigencia.
Los judíos que asumen el judaísmo real e
Israel no votan izquierda. Y los que priorizan el izquierdismo no votan por ser
judíos.
Algunos sectores se
han empeñado en enfatizar la importancia del minoritario voto judío como punta
de lanza para atacarnos. Como a Einstein si fracasaba: para eso no nos
consideran americanos. ¿A Ud. no le parece? A mí, sí.
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