El Estado Judio
¿Por qué es tan importante para los
judíos el reconocimiento de un estado judío?
Una paz duradera y
verdadera no es posible si los palestinos no reconocen a Israel como la patria
del pueblo judío como se ha venido haciendo desde la Declaración de Balfour,
hasta la fecha, conjunto al reconocimiento de un estado palestino como patria
del pueblo palestino. El conflicto sólo podrá resolverse mediante mutuo
reconocimiento de dos estados cuyos pueblos vivan contiguos, en paz y
seguridad.
Los judíos siempre han
constituido una nación, un pueblo y una civilización, pese a la separación prolongada de su tierra. Durante milenios, inspirado en la Torah, el
pueblo judío estableció un sistema de gobierno independiente en Tierra de
Israel. La identidad judía ha sido forjada por un sentido de unidad, un destino
común, una tierra (Eretz Israel), una religión, una cultura y un idioma que le
caracteriza e identifica.
La definición de pueblo,
civilización o nación se relaciona fundamentalmente por factores anclados a los
aspectos básicos de su identidad, tales como la religión, la lengua y la tierra
lo cual para los judíos es Israel del mismo modo que lo es Francia para el
pueblo francés, Irlanda para los irlandeses o Alemania para los alemanes.
Con todo su derecho
Egipto se define como la República Árabe de Egipto y Grecia, la República
Helénica, ¿Por qué no puede Israel definirse como el Estado Judío?
Hallazgos arqueológicos
y registros históricos dan testimonio de que
los judíos han vivido continuamente en la Tierra de Israel por 3.500
años. La comunidad judía de Israel tenía más de mil años de establecida cuando
la destrucción del Segundo Templo por los romanos. Pese a que los romanos
esclavizaron, desterraron y exiliaron a numerosos judíos, muchos permanecieron
allí en considerable proporción respecto a la población del área. Ha habido
presencia judía ininterrumpida en la Tierra de Israel. ¡Siempre!
Antes de expresarlo
Teodoro Hertzel, el anhelo del pueblo judío por su independencia política ya
había sido apreciado y reconocido por otros.
Mucho antes de la aparición del sionismo moderno, en 1762, Jean Jacques Rousseau escribió: “…Me
parece que nunca llegaremos a entender lo que los Judíos están diciendo hasta
que tengan un estado libre, con escuelas y
universidades en las que sean capaces de hablar libremente y discutir
sin peligro. Sólo entonces seremos capaces de saber lo que tienen que decir…”. De
hecho, Israel ha demostrado esto con
creces dada la prodigalidad de contribuciones que ha hecho a la humanidad en
campos como la agricultura, la ciencia, la tecnología, entre otros, además de
ser un ejemplo de estado de derecho en su práctica y defensa de la democracia.
Por siglos la comunidad internacional y sus gobernantes
han reconocido el derecho del judío a la autodeterminación. Napoleón, se
refirió a ellos como “…los herederos
legítimos de Palestina…”, tal cual hicieron, en su momento, los presidentes
estadounidenses John Adams y Abraham Lincoln,
ejemplificando el reconocimiento y los lazos entre el pueblo judío y la
tierra de sus ancestros.
El 29 de noviembre de
1947, la comunidad internacional reconoció, una vez más, la necesidad del
establecimiento de un estado judío, cuando la Asamblea General de las Naciones
Unidas aprobó la resolución 181 recomendando la partición del Mandato Británico
de Palestina en un Estado judío y un Estado Árabe. Lamentablemente, la
respuesta fue la invasión de cinco ejércitos árabes. Conste que nadie se hacía llamar palestino
entonces, excepto los judíos.
Así y todo la Autoridad
palestina y Hamas(su aliado) insisten en no reconocer al Estado Judío. Ahora se lanzan a una Intifada diplomática
que sólo conseguirá detener el proceso de paz y lamentables consecuencias para
su pueblo
Aunque los palestinos y
los demás árabes no lo mencionan, la esencia es religiosa. De acuerdo al Corán
las tierras que están o han estado bajo el Islam son de su propiedad
irreversible y, como toda el área estuvo bajo el Sultán Otomano y, por ende,
bajo el Islam hasta que fueron derrotados por los occidentales tras la primera
guerra mundial, no puede ser controlada por los infieles. ¿Puede el lector
mencionar a algún otro pueblo al que se le niegue su identidad de este modo en
algún otro confín del planeta?
Por ello no aceptan ni la existencia de Israel ni la de
un estado judío en su tierra ancestral. Cuando comprendan que los judíos no
renunciarán jamás a tener su propio estado, habrá paz y sin ello es imposible.
Gracias a D-os el estado Judío de Israel está preparado y listo para defenderse
de sus enemigos y, si es preciso, aniquilarles. ¿A Ud. no le parece? A mí, sí.
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