Cuando pienso en
las posibles motivaciones de aquellos judíos alemanes que inicialmente apoyaron
y participaron en la elección y ascenso al poder del proyecto del Partido
Nacional Socialista Obrero Alemán en los años treinta me surgen muchas preguntas.
Posiblemente
inspirados en su amor por Alemania, ya que el proyecto, teóricamente anteponía
el bienestar y la justicia del pueblo alemán a cualquier otro objetivo y
presentaba un modelo de gobierno para sacar a Alemania de la ruina moral y económica
en la que estaba sumida, luego de la bochornosa derrota en la Primera Guerra
Mundial. Tal vez concebían que a través de una justa repartición de la riqueza
y la dirección de la sociedad en manos de sus mejores hijos era la mejor
opción, pero ya les había sucedido en las prosperas sociedades europeas entre
1290 y 1550.
Supongo que, al
haber vivido por tantos siglos en la región, su integración a la sociedad
alemana les haría sentirse ciudadanos modernos de ideas avanzadas y
progresistas, despojados de los atavismos y la arcaica mentalidad de los judíos
ortodoxos. Ya hacía más de un siglo que se habían establecido vergonzosas
distancias.
La cosa se les
complicó cuando el mamsur de Hitler culpó de todo el sufrimiento del pueblo
alemán a los judíos que estaban vivos en ese momento y los que aun sin serlo
tenían sangre judía hasta la tercera generación anterior. Sin especificar por
supuesto si eran ortodoxos, observantes religiosos, no observantes, ateos, de
izquierda o de derecha, ricos o pobres. En ese momento los judíos se
transformaron ante los ojos de la mayoría de sus vecinos en la escoria de la
sociedad. Y entonces comenzaron a asesinarles, por ser judíos en toda Europa
una vez más.
Eso es lo que
acaba de suceder en Pittsburg. Asesinaron a once judíos por el solo hecho de
ser judíos, en los Estados Unidos de América.
Los Estados
Unidos de Norteamérica, una tierra donde los judíos han estado absolutamente
integrados por siglos a la sociedad, tanto, que son considerados como el grupo
minoritario más exitoso en la historia del país.
Precisamente que
esto ocurra en el siglo XXI a solo 73 años del Holocausto en una sociedad que
ha recibido tantos valiosos aportes de los judíos. Donde sobrepasan a cualquier
otro conglomerado en contribuciones filantrópicas para el financiamiento de
hospitales, proyectos humanitarios y de beneficio público. Que se le haga esto a una comunidad cuyo
índice de criminalidad y dependencia de ayuda gubernamental es mínimo. Algo
inconcebible. El mes pasado mataron a once judíos por el solo hecho de ser
judíos, no me canso de repetirlo, pude haber sido yo.
Imagínese si los
asesinados hubiesen sido franceses, holandeses, rusos, españoles, negros
americanos, palestinos , japoneses, etc.
Seguro que en Facebook y otros medios de comunicación estarían los rostros de
la gente sobre imágenes de banderas declarando su solidaridad, “Je sui France,
o “Todos somos españoles” o ingleses o lo que sea, pero nunca ante nuestro
dolor “Todos somos judíos”
Hace tiempo con
demasiada impunidad, los medios han venido acusando a los judíos de racistas en
contra del Pueblo Palestino. Se celebran injustamente acusando a Israel, semanas
de Apartheid. Se discrimina de mil maneras a los estudiantes judíos en las
universidades hasta llegar al ataque físico y la expulsión de comités etc. por
ser judíos. Se des-invita o prohíbe la participación de expositores pro israelíes
en diferentes foros e incluso en las propias universidades y se financian y
promueven campañas de bloqueo desinversión y sanciones contra Israel como el
BDS desde prestigiosas instituciones. Contra Israel el amigo incondicional de
siempre del pueblo americano.
Es sorprendente
por lo inaceptable que es, escuchar como destacados dirigentes políticos de
todo el espectro, pero fundamentalmente desde la izquierda, desenfadadamente
hacen declaraciones judeofobicas o se asocian o se retratan con connotados juedeofobos,
o marchan y se manifiestan gritando y no hay voces que se levanten para
defendernos.
Sería impensable
que esto suceda aquí, en el jardín de la tolerancia del mundo. Aquí donde Emma
Lazarus inmortalizó el sentimiento solidario al otro, al extranjero, compartido
por este pueblo formado por tanta gente venida de tantas partes, de tantos
colores, de tantos credos, de tantos sueños, donde pensábamos que habíamos
aprendido a tolerarnos y hemos pedido superarnos mediante nuestros esfuerzos,
donde se suponía que estas cosas no pasaran. Esto sucedido aquí, once vidas judías
fueron truncadas por serlo. Pudieron ser mis hijos
Gracias a D-os no
fue un Kristallnacht, pero sonó la alarma. Los judíos siempre han sido los canarios
mineros de las sociedades. Cuando mueren los canarios, la mina está envenenada.
Cada vas que una sociedad cae en crisis explota la judeofobia y al final la
sociedad queda destruida. ¿QUE HACEMOS? ¿Nos armamos hasta los dientes para
asegurarnos que NEVER AGAIN? A Ud. ¿Que le parece? Porque yo, ahora no lo se.